martes, 1 de septiembre de 2009

Muse: "Ningún grupo debería hacer música sólo por dinero, también hay que disfrutar"



Muse tienen poco de convencional. Su música, alejada de los cánones habituales, y sus melodramáticos conciertos les han convertido en una de las formaciones británicas más admiradas. Septiembre será un mes que el grupo de Matt Bellamy no olvidará: el próximo día 15 sale a la venta su nuevo álbum, The Resistance (Warner Music); además, serán los teloneros de U2 en EE UU. Christopher, bajista del grupo, nos lo cuenta.

¿Han experimentando mucho desde Black Holes and Revelations?
Dedicamos dos años a la última gira, estuvimos concentrados sólo en eso. Pero como el año pasado bajamos el ritmo, empezamos a trabajar a ratos con material nuevo. Al final, hemos estado nueve o diez meses encerrados en nuestro propio estudio escribiendo, grabando y probando ideas sin tener que preocuparnos por el tiempo. Fue genial.

Siempre hemos estado influenciados por los clásicos, pero ahora hemos subido un escalón más, poniendo el acento en el piano y las cuerdas¿Cuál ha sido el resultado?
Hay muchas cosas reseñables. Sobre todo lo nuevo, eso que nunca habíamos hecho antes. En el disco hay dos o tres canciones que van en nuestra línea de siempre, pero el resto no se parece en nada. Por ejemplo, la canción Uprising tiene una gran influencia glam, ¡casi suena a Gary Glitter! (risas); y Undisclosed Desires es muy electrónica. Va a sorprender. Además, está la sinfonía. Siempre hemos estado influenciados por los clásicos, pero ahora hemos subido un escalón más, poniendo el acento en el piano y las cuerdas, que antes usábamos como algo secundario. Es un álbum poco ortodoxo en cuanto a rock se refiere, sobre todo por los arreglos, como hacían las bandas de los 70.

También se han fijado en los 80, ¿creen que el revival es general?
Puede. En cualquier caso, solemos creer que la década anterior a la nuestra es siempre peor, musicalmente hablando. En los 90 consideraban que la música de los 80 era muy mala, por eso se fijaban más en los grupos de los 70. Lo mismo pasó cuando cambiamos de milenio, por eso ahora hemos vuelto a los 80. Y seguirá ocurriendo…

¿Cuándo se atreverán con una ópera?
No lo sé, lo nuestro siempre ha sido el rock. La verdad es que ninguno de nosotros ha escuchado mucha ópera, pero quizá lo hagamos y nuestro próximo álbum tenga once canciones exclusivamente de eso…

U2 les ha elegido como teloneros, ¿cómo lo llevan?
Muy bien, vamos a ir de gira con ellos este septiembre. Creo que tienen, probablemente, el mejor directo del momento, y eso es muy bueno para nosotros, porque es algo a lo que también aspiramos. Tenemos suerte de que nos hayan elegido. Todo el mundo los respeta, llevan muchos años siendo un referente y han hecho grandes canciones. Es una banda que siempre va a gustar y que tiene muchos admiradores.

¿Se imaginan a Bono abriendo los conciertos de Muse algún día?
No creo que eso vaya a pasar nunca… (risas).

Su música suena en películas, anuncios, etc., ¿se les puede llamar comerciales?
No, porque nunca hemos vendido tantos discos como para eso. Nuestro éxito está más relacionado con los conciertos, o eso intentamos. Además, creo que la música que hacemos siempre ha sido demasiado alternativa. Y aún así, hay gente a la que le gusta, que se siente identificada. No hacemos música para vender álbumes, hacemos sólo lo que queremos hacer.

Llevan unos 15 años de trayectoria, ¿es fácil evolucionar?
Sí, si te lo propones. Cuando nos planteamos hacer un nuevo álbum siempre queremos innovar. Hay que tener la mente abierta y también respetar la música que se ha hecho antes, sólo así puedes crear. Por eso, nos dejamos influenciar por estilos que nada tienen que ver con el rock.

Cuando yo era pequeño no teníamos Internet y los músicos eran como iconos lejanos, algo más bien místicoSu cuenta de Twitter está al día….
Es estupendo poder contar las cosas justo cuando acaban de pasar. Además, eso te permite estar más cerca de los fans, que sepan algo más de ti y que no sólo tenga que ver con la música, sino con una faceta más personal. Cuando yo era pequeño no teníamos Internet y los músicos eran como iconos lejanos, algo más bien místico. Ahora no nos ven así, porque el contacto es mucho más real y cercano, y nosotros también tenemos una mayor conciencia de esa gente que nos escucha y podemos entender por qué lo hace. A mi me hubiera encantado poder escribirme con mis grupos favoritos. Los fans son tan importantes como la propia banda, sin ellos no existiríamos.

¿Qué papel juega Internet en relación con la música en tiempos de crisis?
Ha cambiado la forma en la que se adquiere la música. Antes los discos eran algo muy importante, pero ahora puedes comprar una sola canción si te apetece. A mí me suele gustar tener el álbum entero de un artista, con su portada, el libreto, etc., pero si hay otro que no quiere, debería tener derecho a ello, sobre todo si tiene que gastarse 14 libras en un CD por obligación. Es como cuando vas a comprarte unos vaqueros, no te llevas la tienda entera. Y ahora que existe esta libertad, la crisis la tienen las discográficas.

Dejan de ganar dinero…
Se resisten a prescindir de unos ingresos que se están desvaneciendo poco a poco, pero aunque las compañías desaparezcan la gente va a seguir escuchando música. Es algo parecido a cuando los chavales tienen su primera banda, que no tocan por dinero, lo hacen por gusto. Y eso no debería cambiar nunca. Tener un grupo debería suponer disfrutar de la experiencia, comunicarse con la gente y no intentar ganar la mayor cantidad de dinero posible. En los 70 y 80 el dinero se hizo con el control de la industria y eso desvió completamente la atención sobre la música, que es lo importante.

¿Cuánta música compra usted?
Pues no mucha (risas). Soy un poco vago para eso, escucho más que compro. Entro en iTunes de vez en cuando para ver qué hay por ahí…

¿Qué opina del público español?
Es increíble, la gente se vuelve loca en los conciertos. Los de Madrid y Barcelona fueron los mejores de nuestra última gira europea. Aquí se aprecia mucho la música.

Nada que ver con el británico…
A veces tocar en Londres se hace difícil. Pero no existen públicos malos, sólo distintos. En Japón, por ejemplo, la gente está más pendiente de la música que de saltar o pasarlo bien. Y cuando tocamos en Nueva York hace unos años, en el Madison Square Garden, estaban todos sentados y atendiendo. Nosotros lo pasamos bien en todas partes.

Hemos aprendido a disfrutar de la grabación de un disco, pero aun así preferimos el momento de los conciertosEs que sus conciertos son muy pasionales…
Sí, es que nos encanta tocar en directo, es la razón por la que empezamos en esto. Nos sentimos muy cómodos en el escenario. Al principio ni nos gustaba tener que grabar discos, no entendíamos muy bien el proceso, las cuestiones técnicas, etc. Ahora hemos aprendido a disfrutar de ello, pero aun así preferimos el momento de los conciertos. Todo lo que hacemos está orientado hacia eso.

Se rumorea que su próxima gira va a ser espectacular…
Eso espero (risas). Estamos trabajando en el diseño del escenario, queremos alejarnos de las típicas luces y pantallas. Tenemos muchas ideas.

¿Se imaginan acompañados de una gran orquesta?
Estaría muy bien, aunque ir de gira con una orquesta es imposible. Necesitas demasiados músicos, muchos camiones… A lo mejor podríamos hacerlo de vez en cuando, en las ocasiones especiales, y así tocaríamos las canciones tal y como suenan en el disco. Normalmente hacemos lo que podemos para que no sea así… (risas).

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