sábado, 2 de agosto de 2008

Para que voy a hacer yo un comentario si este esta perfecto..................





A las 21:00, desde el piano, Bellamy entregaba las primeras notas de “New Born”, la canción que abre su disco fundamental, Origin of Symmetry (2001). Un minuto y algunos segundos después, se apropiaba de una de sus guitarras para desordenar por completo al Teatro Caupolicán. Una canción, y el puñado de miles de personas presentes al bolsillo.

Sin pausas llegaban “Dead Star” (single que suelen incluir en sus presentaciones, a pesar de que nunca fue incluido en un album) y “Map of the Problematique”, del último disco, Black Holes And Revelations (2006). En total, fueron quince canciones (además de una “improvisación”) que recorrieron tres de los cuatro discos de la banda, en una hora y media. Faltaron canciones, es cierto. Y es más: la opera prima, Showbiz (1999), brilló por su ausencia (¿”Sober”, “Muscle Museum”, “Sunburn”…?). Pero seamos justos: a cambio nos entregaron la inesperada “Citizen Erased”, con la famosa Manson de siete cuerdas incluida. Un deleite, en medio de un repertorio que presenta como única falencia el abuso de coros para estadios, tipo U2.

Si graficáramos la potencia de una presentación de Muse en un plano versus el tiempo, seguramente estaríamos frente a una serie plagada de fluctuaciones intra-canción que, en promedio, no posee grandes saltos inter-canciones. En otras palabras: demasiado pareja como un todo.

Y es que los puntos a favor de Muse corren por cuenta del manejo que tienen sobre la velocidad y la potencia de las distintas etapas de sus canciones, con un Bellamy en clave Jeff Buckley mutando a otro con rasqueos a lo Tom Morello, de Rage Against The Machine. De la calma al rock estridente (y viceversa), con una sutileza que impacta. Todo, en un escenario que, si bien no era el mismo que se puede apreciar en el DVD H.A.A.R.P grabado en Wembley, lograba ambientar el concierto con un equilibrio entre simpleza y apoteosidad. Luces, hielo en polvo y visuales que no suelen estar presentes en las diferentes presentaciones que pasan por el Caupolicán.

De la capacidad interpretativa, ni hablar. Las percusiones de Dominic Howard rallan la perfección; Christopher Wolstenholme transforma su aparente introvertividad en precisas pulsaciones desde el bajo; y Bellamy no hace más que confirmar que es uno de los mejores guitarristas contemporáneos, con el plus de poseer una voz que pareciera ser el resultado de un ejercicio de manipulación entre genes de Thom Yorke y del ya citado Buckley.

Una noche como pocas, con momentos curiosos como el aplauso mancomunado que acompañó “Starlight” o la chupaya que cubría la cabeza de Matt Bellamy cuando interpretaba una riquísima versión de “Feeling Good”.

Algunos ya hablan del show del año.

Y eso que faltó “Muscle Museum”.

Setlist:

01. New Born
02. Dead Star
03. Map of the Problematique
04. Supermassive Black Hole
05. Butterflies and Hurricanes
06. Citizen Erased
07. Feeling Good
08. Drum and Bass (que no es más que una improvisación o jamming)
09. Invincible
10. Hysteria
11. Starlight
12. Time Is Running Out
13. Stockholm Syndrome + riffs
ENCORE
14. Take a Bow
15. Plug In Baby
16. Knights of Cydonia

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